Chiqui, te has ido dejando un gran vacío en nuestros corazones. Echare en falta tus aullidos al vernos, ese gracejo de caballo jerezano que tenías, estar a nuestro lado siempre incondicional.
Descansa mi bichito te lo mereces, allí donde estés cariño, velaras por nosotros como siempre hiciste.
Pero ahora; corre, aúlla, salta y hazte querer como todos te hemos querido. Sé que nos veremos con el tiempo y esto es un hasta luego y no un adiós.