Mi guerrera luchadora, te has ido dejándome un vacío enorme. Llegaste siendo un bebé, llenaste la casa de alegría, disfrutamos juntas. Me diste una lección al perder una de tus patitas y aún así seguir siendo feliz. Luchaste hasta el final, estoy enormemente agradecida de que hayas formado parte de mi vida. Gracias por todos estos años, te echo de menos y siempre te llevaré conmigo. Te quiero mi princesa de terciopelo. Especial en todos los sentidos, nos volveremos a ver. Tu mami humana, María